La alargada sombra de Rodri para Marcos Llorente en el Atlético

En el Atlético de Madrid había una gran ilusión depositada en Marcos Llorente. Tal es así que apenas duró el luto por la marcha de Rodri, que aspiraba a ser el pilar varios años en el Metropolinano pero hizo las maletas rumbo a la Premier a las primeras de cambio.

Recapacitando fríamente, no había tantos motivos para la euforia por un jugador que apenas había jugado los dos últimos años en el Real Madrid y cuya referencia fiable se remonta a su cesión en el Alavés. Además, varias lesiones acumuladas podrían haber puesto en tela de juicio su estado físico, que es el gran punto destacable del jugador.

Sin embargo desde diversos frentes se insistió en que era el perfil adecuado, que se adaptaba a la perfección al estilo del Atlético y a la filosofía del Cholo. Eso, unido a que se lo compraron al máximo rival, lo convertían en un fichaje más que ilusionante para esta temporada.

Pero la pretemporada no fue tan bien a nivel de adaptación como se podía prever y Marcos Llorente perdió el puesto de titular indiscutible con el que partía a priori. Thomas le ganó la partida en las primeras jornadas y ante el Eibar estrenó titularidad, pero su partido resultó discreto y el africano acabó convirtiéndose en el héroe del partido saliendo desde el banquillo.

Este factor, unido a que Simeone quiere jugar con dos puntas (Costa y Morata) desplazando a Saúl y Koke al doble pivote, complican la situación de un Marcos Llorente que hasta el momento no ha respondido a las expectativas como sí hizo Rodri el año pasado, asentándose pronto en la nómina de indiscutibles. Lo positivo es que todavía es pronto para hacer balance y su situación se puede revertir en cualquier momento, como ya ocurrió la temporada pasada en el Madrid con la llegada de Solari. Por ahora, la sombra de Rodri es todavía demasiado alargada para el jugador madrileño.