Me considero una persona extremadamente respetuosa con los entrenadores de fútbol. Por creer saber cómo piensan muchos, -así como por la cantidad de cosas que hacen y que no se ven-, pienso que el ser técnico es una profesión muy ingrata a la vez que arriesgada: sólo vale ganar. En este sentido, ¿lo está haciendo bien Eduardo Berizzo en el Sevilla FC? Seguramente no.
Y lo digo ciñéndome a los resultados, pues tampoco tengo el suficiente conocimiento como para juzgar su trabajo. Sin embargo, si nos centramos única y exclusivamente en las últimas semanas del cuadro de Nervión, la conclusión rápida y sencilla es que el Sevilla está decepcionando un poco en este inicio de curso.
Comenzó muy bien, sí, pero los últimos tramos están empujando a mucha gente a dudar de Berizzo y de su trabajo: en pocos días, el cuadro andaluz ha caído por 1-0 ante el Athletic Club, por 5-1 frente al Spartak de Moscú y hoy por un contundente 4-0 en Valencia. ¿Casualidad? No lo sé, pero está comenzando a haber una confusión importante alrededor de la figura del relevo de Sampaoli.