Desde el pasado verano, el atacante portugués Joao Félix es el fichaje más caro de la historia del Atlético de Madrid después de que el conjunto rojiblanco pagase 126 millones de euros por el joven talento del Benfica, superando así el registro de 80 millones de euros que tenía el francés Thomas Lemar tras su llegada al Wanda Metropolitano procedente del Mónaco en el mercado estival de 2018.
La llegada de Joao Félix supuso un chute de ilusión para los aficionados rojiblancos, que eran conscientes del pelotazo que habían dado en el mercado de fichajes al hacerse con los servicios del que es considerado como uno de los mayores talentos del fútbol en la actualidad, que por aquel entonces sonó con fuerza para reforzar a otros grandes europeos como Barcelona, Juventus de Turín o Real Madrid, llevándose finalmente el gato al agua el conjunto que dirige Diego Pablo Simeone.
Tras un brillante inicio, especialmente en pretemporada y los primeros partidos oficiales, Joao Félix sufrió una lesión que frenó en seco la gran progresión que estaba teniendo en el conjunto rojiblanco, no siendo el mismo jugador tras recuperarse de estos problemas físicos, lo que ha derivado en una serie de injustas críticas hacia el jugador portugués, que pese a ser el fichaje más caro de la historia del Atlético es todavía demasiado joven como para echarse a la espalda a todo un Atlético de Madrid, donde otros jugadores más contrastados como Koke o Saúl no están dando el nivel esperado durante este curso, siendo ellos los encargados de tirar del carro rojiblanco en este momento.
Obviamente Joao Félix llegó como la gran estrella del Atlético de Madrid, pero no se pueden entender las críticas cuando el jugador ha sido siempre de lo más destacado del equipo a pesar de la obsesión defensiva de Simeone, la cual lastra y mucho el rendimiento del jugador luso, que parece arrastrado por la corriente negativa que vive a día de hoy el Atlético de Madrid y que todavía tiene mucho fútbol que ofrecer al Wanda Metropolitano.