El Leganés ha sido el gran perjudicado de la Liga Santander en la presente temporada en cuanto a fichajes se refiere. No es ningún descubrimiento que la gestión del fichaje de Braithwaite por parte del FC Barcelona no ha sido de las mejores ni mucho menos por parte de la Real Federación Española de Fútbol. No obstante, el cuadro pepinero tenía a su recambio preparado por si la RFEF le daba la autorización de llevar a cabo la llegada un delantero centro. Por ello, el equipo madrileño tenía un principio de acuerdo con el Villarreal y con Carlos Bacca para que el delantero colombiano de 33 años se convirtiera en el recambio de Martin Braithwaite de haber obtenido el permiso de la Federación para fichar a un sustituto.
La operación se trataba de a una cesión hasta final de temporada en la que los madrileños asumirían la totalidad del salario que quedaba por abonarle al futbolista. Los emolumentos del ariete son uno de los más elevados del Submarino Amarillo y estos no veían con malos ojos la venta. La gran esperana del Leganés era que el acuerdo entre clubes habría incluido un pacto explícito para que el Villarreal se comprometiese a no buscar ningún recambio, algo que el Submarino Amarillo aceptó. Así se lo trasladaron desde Butarque a la RFEF. De esta manera se anulaba uno de los argumentos esgrimidos por el organismo para negarle al Lega un periodo de fichajes extraordinario. No habría un bucle continuado de equipos quitándose jugadores competición. El círculo habría terminado con la salida de Bacca al Leganés.
Esta noticia avanzada por la Cope, habría supuesto una inyección de optimismo para un Leganés que, tras la salida de En Nesyri, primero, y la de Braithwaite, después, ha perdido un gigantesco potencial ofensivo. Ahora, el conjunto albiazul se ve entre la espada y la pared sin un ataque de garantías y en puestos de descenso.