
Desde hace varios años, la burbuja que existe entre los jugadores de nacionalidad inglesa y los clubes de la Premier League amenaza la estabilidad de los mercados de fichajes. Sin embargo, los propios clubes de Inglaterra comienzan a darse cuenta que dicha burbuja debe explotar.
El poderío económico de los clubes de la Premier League es bien sabido y, de hecho, dicho poderío también es palpable en la segunda categoría del fútbol británico. Clubes de Championship que desembolsan cantidades que, por ejemplo en España, tan sólo podrían ser asumidas por los clubes más grandes del país.
Sin embargo, existe una burbuja aún más especial en el mercado de jugadores de la Premier League y es la de aquellos jugadores de nacionalidad inglesa. Debido a la preferencia que existe por lo local y por impulsar a potenciales estrellas del fútbol británico, los jugadores ingleses se pagan a precio de oro cuando, sin investigar muy a fondo el mercado, existen opciones similares a un precio mucho más asequible. A continuación, te mostramos tres fichajes que reflejan esta disparidad y dejan en evidencia a los jugadores ingleses.
Los tres fichajes que dejan en evidencia a los jugadores ingleses
-Eduardo Camavinga: Mientras que Declan Rice, jugador inglés que milita en el West Ham United, está tasado en 150 millones de euros, el Real Madrid cerró el fichaje de Eduardo Camavinga por una cantidad cercana a los 30 millones de euros. A sus 19 años de edad, el jugador francés ya ha demostrado que tiene un gran futuro por delante.
-Luis Díaz: El futbolista cafetero fichó por el Liverpool de Jürgen Klopp hace escasos meses y ya se ha ganado un puesto en el once titular de uno de los dos mejores equipos del mundo. Mientras que el conjunto de Anfield desembolsó cerca de 37 millones de euros en el fichaje del colombiano, el Manchester City invirtió 117 millones en Jack Grealish.
-Antonio Rüdiger: El Real Madrid está cerca de cerrar otra gran operación como sería la llegada del defensa alemán a coste cero. El Chelsea invirtió, en su día, cerca de 30 millones de euros en el defensa central. Mientras tanto, el Manchester United tiró a la basura 80 millones de euros al fichar a Harry Maguire.