En enero de 2020, el Atlético de Madrid estuvo a un paso de concretar el fichaje de Edinson Cavani, quien entonces era el máximo goleador en la historia del París Saint-Germain (PSG) y uno de los delanteros más temidos de Europa. Aquel mercado invernal se tornó en un momento de alta tensión para el uruguayo y su entorno, quienes buscaban una salida tras la falta de entendimiento con Leonardo, director deportivo del PSG. La relación entre ambos se había deteriorado, y el delantero, ansioso por un cambio de aires, mostró su disposición para unirse al equipo de Diego Simeone, un destino que veía con mucho entusiasmo.
El Atlético, que necesitaba reforzar su delantera, apostó por Cavani como su hombre ideal. El “Cholo” Simeone, convencido de la capacidad goleadora del uruguayo, avaló la operación, lo que generó que el club colchonero se moviera con rapidez. Durante semanas, la voluntad de Cavani y la insistencia del Atlético mantuvieron viva la posibilidad de su traspaso, pero el PSG mostró una postura ambigua. Mientras Leonardo afirmaba públicamente que aceptaría una oferta conveniente, internamente el PSG frenaba la negociación al no tener un reemplazo seguro para el delantero.
El Atlético hizo una muy buena oferta al PSG por Cavani
Finalmente, el 29 de enero, el Atlético de Madrid realizó una última oferta de 18 millones de euros más bonus para hacerse con el ariete. Sin embargo, el PSG no aceptó, frustrando así los deseos de Cavani y del Atlético de unirse en ese momento. Pese a la presión del uruguayo, quien llegó a quedarse fuera de varias convocatorias para intentar forzar su salida, el PSG se mantuvo firme.
Meses después, con la no salida de Diego Costa, el fichaje de Cavani quedó en el olvido, y el atacante terminó firmando con el Manchester United. Hoy, a sus 37 años y jugando en Boca Juniors, Cavani cierra su carrera quizás con una espina: la de no haber vestido la camiseta rojiblanca cuando se dieron todas las condiciones para su llegada.