
La escabechina del Fútbol Club Barcelona continúa su curso y la realidad es que la dirección deportiva culé sigue sin poder abordar la serie de fichajes que de manera más que que clara necesita el equipo que desde hace semanas dirige Ronald Koeman. Con agujeros en varias de las zonas más importantes del terreno de juego, las llegadas deberían ir produciéndose y contrarrestar a las salidas y una de estas zonas es la del centro del campo. Los nombres se siguen sucediendo pero no se concretan, y ha dejado de aparecer en los rumores de fichajes el más importante, el que debería ser el elegido: Sandro Tonali.
¿Por qué? Los motivos son muy sencillos. Una de las principales características del mediocampista italiano es su juventud. Un talento como pocos quedan en el continente europeo y con un precio de salida todavía barato. Defendiendo los colores del Brescia, el sucesor natural de Andrea Pirlo ya ha dejado claras muestras de su calidad y de un estilo de juego que se adecúa a la perfección a lo que el Fútbol Club Barcelona debería buscar en esta ventana de traspasos. Una facilidad pasmosa para el juego propositivo, con tintes de combinación y llegadas explosivas, un exquisito toque del esférico y un surrealista control de la posesión.
Por perfil, por edad, por precio... por todo esto y más, el fichaje del cuadro culé para su medular debería ser el italiano y no Wijnaldum. Que es otro perfil interesante, más llegador y físico, pero que no encaja con la filosofía del club y con lo que Koeman tiene que intentar proyectar en el terreno de juego en base a una línea continuista con matices que no puede ahora pegar un bandazos de 180 grados de repente.
Otro tema distinto sería si la apuesta final es por Thiago Alcántara. El regreso del jugador del Bayern de Múnich también sería un acierto en esta misma línea de análisis y opinión que hemos seguido, ambos por delante de la figura del neerlandés que fuese verdugo del Barça en la edición de la Champions League 2018/19.