La polivalencia es una cualidad envidiable en el mundo del fútbol, pero a veces puede convertirse en un arma de doble filo. Lucas Ocampos, jugador del Sevilla FC, es un ejemplo perfecto de esto. Sus habilidades le permiten desempeñar múltiples roles en diferentes posiciones, lo que, en teoría, debería ser una ventaja. Sin embargo, para su entrenador, José Luis Mendilibar, esto ha resultado ser un dilema a la hora de sacar el máximo provecho de sus capacidades.
En la presente campaña, Mendilibar ha alineado a Ocampos tanto en la zona derecha como en la izquierda en varios partidos, incluso en la final de la Supercopa de Europa ante el Manchester City. Si bien el argentino ha mostrado destellos de calidad en ambas posiciones, su rendimiento ha sido irregular en momentos clave.
El mercado de fichajes también ha complicado esta situación, con la llegada de Lukebakio, otro jugador versátil que puede adaptarse a varias posiciones, pero que su preferencia es jugar en el flanco derecho, donde ha mostrado su mejor versión. Además, Erik Lamela, con su versatilidad, se suma a la competencia por esas posiciones. Mendilibar también cuenta con Suso, quien se destaca en el extremo derecho. Su capacidad para jugar por dentro desde esa banda lo convierte en una opción diferencial y a día de hoy es el favorito del vasco para el once titular.
Decidió no marcharse
Lucas Ocampos decidió no marcharse en las últimas horas de mercado cuando lo tenía todo hecho para ser el nuevo jugador del Fulham, quien le aumentaba considerablemente el sueldo y ofrecía una buena cantidad al Sevilla por su fichaje. Esta decisión podría haber sido la errónea si vemos su actual situación, ya que el argentino se enfrenta a una competencia atroz que puede dejarle sin sitio dentro de los planes de Mendilibar.