
La Liga
García Pimienta ya es historia reciente en el banquillo del Sevilla. El técnico catalán, que había sido renovado no hace mucho, no ha podido revertir una situación que se tornó crítica con una racha de cuatro derrotas consecutivas en el tramo más delicado del curso. La directiva nervionense, preocupada por la cercanía del equipo a los puestos de descenso —apenas siete puntos por encima—, ha optado por prescindir de sus servicios para intentar un giro urgente en la dinámica.
El coste de la salida de García Pimienta
Aunque la destitución ya era esperada por muchos sectores del entorno hispalense, no deja de sorprender el coste económico que esta decisión implica. García Pimienta, pese a haber firmado un contrato a largo plazo, ha accedido a renunciar a uno de los años firmados, gesto que ha aliviado en parte la carga financiera del club. Sin embargo, la entidad deberá abonarle una cifra cercana a los dos millones de euros como compensación por su salida anticipada.
La apuesta por interrumpir el proyecto técnico del exentrenador del filial azulgrana responde al temor creciente por una caída que podría comprometer la estabilidad del club. La dirección deportiva ha considerado que ese desembolso era preferible antes que continuar con un cuerpo técnico incapaz de enderezar el rumbo en una fase crítica de la temporada. La presión ambiental y el bajo rendimiento colectivo han sido factores determinantes para tomar esta drástica medida.
Ahora, la dirección sevillista ha decidido confiar en Joaquín Caparrós. La decisión de destituir a García Pimienta ha generado debate, pero desde el club creen que asumir ese coste económico era necesario para intentar evitar un desenlace aún más doloroso. Mientras tanto, el equipo deberá reaccionar con rapidez si no quiere ver peligrar su permanencia en Primera.