El coronavirus sigue haciendo mella en el mundo del fútbol. Después de que más de un centenar de ligas que se vieran obligadas a parar, tan solo unas pocas competiciones seguían disputándose. La liga australiana, una de las pocas que quedaban en activo, ha sido oficialmente suspendida durante la mañana de hoy. La A-League tiene previsto volver lo antes posible y por ello han fijado el 31 de mayo como posible fecha para proseguir la competición.
El director general de la liga, Gillon McLachan, ha dejado claro que nunca había llegado a pensar que la situación “llegaría a esto”. Una decisión contundente pero lógica, a través de la cual se detendrá la práctica del fútbol ya sea para entrenamientos o partidos oficiales. El propio McLachan ha asegurado que llevaban tiempo pensando en parar la liga, aunque no ha sido hasta ahora cuando han tomado una decisión definitiva. "Obviamente contemplé este escenario en la última semana o los últimos siete días, pero era inimaginable hace dos o tres semanas y mucho menos hace un año. Esto es algo sin precedentes”, aseguró el director general.
Una medida que traerá, sobre todo, consecuencias económicas que azotarán la liga en los próximos meses o, incluso, años. “La industria de la AFL se enfrenta a la mayor crisis financiera de nuestra historia. Decir que esta es la amenaza más seria para nuestro deporte en 100 años es una subestimación. No tiene precedentes en su impacto. No tiene precedentes en el impacto que está teniendo en nuestro juego y en la comunidad en general”, comentó el director general de la liga. Ahora, el 31 de mayo se posiciona como la primera opción de todas para retomar el transcurso del campeonato, aunque todo hace indicar que se pospondrá varias semanas o, incluso, meses más.