
Premier League
El Manchester United se prepara para un mercado de fichajes complicado este verano, condicionado por sus problemas financieros. La capacidad del club para reforzar la plantilla bajo la dirección de Ruben Amorim dependerá en gran medida de los ingresos generados por la venta de jugadores. Sin ventas importantes, los Red Devils enfrentarán dificultades para realizar grandes incorporaciones, según informó The Guardian.
En la última ventana de transferencias, el club solo pudo concretar la llegada de Patrick Dorgu desde el Lecce por £25,1 millones y la de Ayden Heaven del Arsenal por 1,5 millones de libras. Sin embargo, las cesiones de Marcus Rashford al Aston Villa y Antony al Real Betis no lograron generar los fondos necesarios para reemplazarlos en la plantilla. A pesar de que Villa cubrió el 75% del salario semanal de Rashford y el Betis se hizo cargo del 84% del sueldo de Antony, la falta de ingresos adicionales dejó al equipo sin refuerzos clave.
El Manchester United necesita vender jugadores en verano
El impacto de las limitaciones económicas también se hizo evidente cuando no se realizó ningún fichaje para cubrir la ausencia de Lisandro Martínez, quien sufrió una grave lesión que lo dejó fuera de la temporada. De cara al próximo mercado, las opciones para generar ingresos significativos son reducidas.
Rashford podría ser vendido por £40 millones, cifra que representaría una ganancia total bajo las normas del Fair Play Financiero. Otros jugadores en el radar de posibles ventas incluyen a Alejandro Garnacho, valorado en 70 millones de libras, y Kobbie Mainoo, tasado en más de 80 millones de libras. Sin embargo, desprenderse de alguno de ellos implicaría la necesidad de encontrar reemplazos adecuados, lo que complica aún más el panorama para Amorim. El club deberá tomar decisiones estratégicas para equilibrar la plantilla sin comprometer su competitividad.