Las individualidades salvan al Arsenal

La salida de Unai Emery de la disciplina del Arsenal hace unos días no ha generado más que inestabilidad y un cambio de ritmo que, sin dejar de ser necesario, también presupone un proceso duro y difícil en el que ahora mismo se encuentran inmersos los londinenses. Con Fredrik Ljungberg como técnico interino, el equipo consiguió una importante victoria en la noche de hoy ante el West Ham United para seguir en la pelea por los puestos europeos. Un equipo lleno de pegada y cargado de individualidades, pero donde reina el desorden y el colectivo desaparece con una facilidad asombrosa.

Como se suele decir, que el árbol no deje ver el bosque. La victoria del Arsenal es tan importante como mejorable, no por el resultado, ni mucho menos, sino por las formas. Y es que las individualidades no siempre aparecen y este hecho mató a Emery en el banquillo ‘gunner’. Hoy, tanto Aubameyang, como Özil, como Pépé e incluso Martinelli, aparecieron. Con una gran actuación en la segunda mitad, tanto talento ofensivo acabó decantando el encuentro ante un equipo en el que Pellegrini tiene las horas contadas.

Sin duda, el Arsenal necesita un comandante que dirija el timón del equipo del norte de Londres de manera permanente. El trabajo de Ljungberg está resultando necesario y positivo, pero ni eso ni las resoluciones individuales de algún futbolista, puede ocultar los problemas de un equipo que tiene un difícil objetivo por delante en esta temporada: acabar la Premier lo más arriba posible, dentro de los puestos europeos.