
El inicio de temporada del Paris Saint-Germain ha estado marcado por un resurgimiento notable: el de Ousmane Dembélé. El extremo francés, que llegó a París con la presión de brillar tras la salida de Kylian Mbappé, ha demostrado un rendimiento excelente bajo la dirección de Luis Enrique. El técnico asturiano parece haber encontrado la fórmula para sacar el mejor nivel de un jugador que, hasta ahora, había mostrado un rendimiento muy intermitente, especialmente en su etapa con el Barcelona.
Dembélé ha sido clave en los primeros partidos de la temporada, mostrando una capacidad desequilibrante y aportando en el ataque con velocidad y creatividad. La confianza que Luis Enrique ha depositado en él ha sido fundamental. El entrenador le ha brindado un papel protagónico en el esquema ofensivo, lo que ha permitido que el jugador se sienta cómodo y seguro, alejando los fantasmas de la irregularidad que tanto lo han perseguido a lo largo de su carrera.
¿Logrará Luis Enrique mantenerlo enchufado toda la temporada?
Sin embargo, la gran pregunta que se cierra sobre este resurgimiento es si será sostenible a lo largo de la temporada. Dembélé ha sido un jugador de grandes picos de rendimiento, pero también de largas sequías, algo que vivió en Barcelona, donde alternaba momentos brillantes con otros en los que las lesiones y la inconsistencia le pasaban factura. Ahora, bajo la tutela de Luis Enrique, parece estar en una nueva etapa, pero queda por ver si podrá mantenerse en la cúspide.
Si el técnico asturiano logra mantener a Dembélé en este nivel, el PSG podría haber encontrado una nueva estrella para liderar su ataque. De momento, el francés está respondiendo a la confianza depositada en él, y la afición parisina sueña con que este sea el inicio de su mejor versión.