La semana perfecta de Santi Cazorla

Hace unos meses, las lágrimas de Cazorla inundaban el Benito Villamarín tras fallar un penalti que dejaba a su equipo al borde del abismo. Ayer, frente al mismo rival, esas lágrimas se convirtieron en arte para guiar a un submarino ilusionante.

A los 34 años, Cazorla ha renacido, dejando atrás las pesadillas en forma de lesiones y reencontrando su mejor versión y tono físico. Es curioso que en una semana de tres jornadas, marcadas por las rotaciones, Santi haya jugado los tres partidos, recibiendo sólo mínimos descansos. Esto indica que su estado de forma es inmejorable, convirtiéndose en la brújula de un Villarreal cuyo arsenal ofensivo empieza a asustar, como ayer pudo comprobar el Betis.

En su plena madurez y su renacer futbolístico, Santi Cazorla sigue siendo un jugador total. Capaz de asistir como hizo en el primer gol de Ekambi, con un guante a balón parado y mostrando una tranquilidad en el último pase que solo tienen los elegidos. También marca goles y acaba de batir un récord personal, al conseguir anotar por primera vez en tres jornadas consecutivas con el Villarreal (sólo lo había hecho en una ocasión durante su carrera, pero vistiendo la camiseta del Arsenal). Anoche lo hizo transformando un penati, faceta en la que es un auténtico especialista. Esta vez Cazorla no falló desde los 11 metros y pudo sonreír, dejando atrás esas lágrimas que en su día encogieron a los aficionados.

Es un jugador querido y respetado, que precisamente el pasado martes se fue ovacionado del Camp Nou pese a que les había amargado la noche con un golazo a Ter Steagen. Volvió a ser internacional y a este nivel la Eurocopa no es ni mucho menos un sueño imposible.