Rafinha Alcántara no tiene sitio en el FC Barcelona. No lo digo yo, sino las sensaciones que transmiten los últimos movimientos del club catalán. ‘Overbooking’ en el centro del campo al margen, -donde no ha salido nadie y donde además ha llegado Frenkie de Jong-, la dirección deportiva azulgrana trabaja desde hace días en las llegadas de Antoine Griezmann y de Neymar Jr. No es necesario decir que si, ya habrá pocas opciones de jugar en el frente atacante culé, menos las tendrá un teórico suplente como el hermano pequeño de Thiago.
Sin posibilidades de jugar en el primer equipo del Barça, -estuvo gravemente lesionado y a la que se puso bien el club lo mandó cedido al Inter-, el polivalente jugador brasileño no parece que vaya a cambiar su situación en el Camp Nou. Es probable, de hecho, que ésta incluso empeore, por lo que lo mejor que puede hacer es marcharse. ¿Dónde? Al Valencia CF, seguramente.
Pese a que no ha trascendido dónde se irá, -esta semana ha hablado incluso de qué jugadores le gustaría que llegaran al Barcelona-, en las últimas semanas se ha hablado mucho del presunto interés ‘ché’ en su fichaje. Interés que Rafinha debería aprovechar, pues Marcelino es un gran amante de interiores que se meten por dentro para crear superioridades y de falsos delanteros que hacen más de mediapuntas que de arietes. Y en ambos sentidos, el más joven de los Alcántara es ideal.