
El Real Madrid afrontaba este verano con una doble ilusión como eran los fichajes de Erling Haaland y Kylian Mbappé, poniendo el primero de ellos rumbo al Manchester City, mientras que el segundo tras un intenso culebrón decidió renovar su contrato con el París Saint-Germain, dejando al equipo blanco que dirige Carlo Ancelotti con la necesidad de activar un plan alternativo para reforzar su plantilla de cara a la próxima temporada.
Fue entonces cuando el conjunto blanco decidió afrontar las llegadas de Antonio Rüdiger y Aurelien Tchouameni, rechazando la idea de mejorar una parcela ofensiva en la que Karim Benzema es el único nueve de garantías que tiene el equipo en estos momentos, siendo Mariano Díaz el único recambio disponible, no descartándose la reubicación como falso 9 de jugadores como Rodrygo o Hazard en algún momento de la temporada, lo que genera ciertas dudas en el aficionado blanco una temporada después de lograr el doblete.
El problema de todos los años
En un verano en el que se iban a pagar más de 200 millones de euros por Kylian Mbappé, resulta difícil de pensar que el gasto total del Real Madrid sea de tan solo 80 millones de euros por los jugadores anteriormente mencionados, y los cuales no refuerzan el ataque que dirige un Carlo Ancelotti que en su día dio por cerrada la plantilla nada más arrancar un mercado de fichajes que arrancaba lleno de ilusiones y que sin embargo, al igual que ha venido ocurriendo de forma habitual en los últimos tiempos ha sido una nueva decepción.