Guti comienza a justificar la exitación del Besiktas. Por la Superliga turca, el ex Real Madrid cambió penalti por gol y evitó que su equipo cayera ante el Fenerbahçe.
Uno de sus brazos tatuados se levantó y el típico símbolo de la paz (más cerrado) saludó a una afición que lo había recibido como un rey. O por qué no decir un dios. Esta vez, sin sacar un conejo de la galera, Guti anotó desde los 12 pasos y le dio un punto de oro al Besiktas.
Con una camiseta similar a la del Madrid, el rubio artillero celebró una cosecha y evitó la derrota ante un Fenerbahce que no contó con Dani Güiza a causa de una lesión.
Guti salva al Besiktas